Historia y origen de la chinchilla

Historia y origen de la chinchilla

Las chinchillas provienen de las montañas de los Andes: vivían a más de 4.000 metros de altitud y ocupaban largas zonas comprendidas entre Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia. Vale la pena conocer la historia de estos animales curiosos y vitales, cuyo nombre deriva de los indios que habitaban esas zonas, los Chinchas.

Entorno y fisiología

El clima andino es frío, muy rocoso y con poca vegetación. Así, las chinchillas están acostumbradas a soportar bajas temperaturas, gracias a su pelo precioso, muy suave y tupido. El problema con el que se pueden encontrar es, pues, lo contrario: se debe vigilar con las altas temperaturas.

Otro aspecto también curioso del hábitat natural de la chinchilla que repercute en sus cuidados como mascota es que, al estar en una zona volcánica, se solían bañar en las cenizas que cubrían las montañas. Es debido a ello que ahora también la chinchilla necesita, para conservar un pelo bonito, baños en arena de vez en cuando.

Debut como mascota

Primero los incas y posteriormente los chinchas integraron a las “chinchillas” en su sistema de vida, pero la vida de la chinchilla como animal doméstico empezó a partir del siglo XX, en 1923. Fue entonces cuando un ingeniero de minas, Mathias F. Chapman, que trabajaba en América del Sur, decidió llevarse a 11 ejemplares de chinchilla hacia América del Norte. Tuvo cuidado en bajarlas poco a poco de las altitudes andinas hasta el nivel del mar, para que se fueran aclimatando. Y, una vez en el barco destino a Estados Unidos, las mantuvo cerca de bloques de hielo para recrearles su clima frío. Se cuenta como anécdota que incluso una chinchilla hembra dio a luz durante el viaje. Y a partir de ahí empezó su historia como animal doméstico.  

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